⁃ ¿Abuela queda mucho? ¿Cuántos tramos tiene el Cristo?
- No desesperes cariño, dos tramos más y listo.
- ¡Es que se me cansan las piernas
y ya me pesa la bola de cera ...!
- ¡Qué sabrás tú de la espera! ¿Sabías que hubo una vez en la que Sevilla esperó dos primaveras?
- ¿Tanto? ¡Tendrían muchos nazarenos !
- Se llamaban enfermeros
los auténticos penitentes,
y no llevaban antifaz
sino mascarilla para protegerse.
- ¿Protegerse? ¿Y de quién tenían miedo?
- De una enfermedad mala,
que nos quitó por un tiempo
los sueños, la ilusión y las alas.
- ¿Y esos enfermeros, de qué hermandad eran?
- De la única hermandad verdadera, la de ayudar a los demás y la de salvar vidas .
- Pero es que acaso ¿las personas morían?
- Sí, desgraciadamente.
Y la gente sin poder salir,
confinados en sus casas.
- ¿Encerrados en sus casas, la gente?
- No salió ni La Valiente.
- ¿A La Estrella te refieres ?
- Me refiero a la del Puente, a La Estrella de Triana.
Ni siquiera Ella pudo salir esa Semana.
- ¡Eso no es Semana Santa ni es nada !
- Sí y no, fue diferente. Aprendimos a esperar,
a querernos desde dentro y a que la penitencia también es no salir, aunque te tiente.
- ¿Y aquello cuándo ocurrió ?
- Hace muchos años en el 2020.
- ¿Cómo puedes acordarte de eso?
- Porque ni siquiera, cariño, podíamos darnos un beso.
Ni tocarnos ni acercarnos,
ni arrumacos ni achuchones,
a dos metros de distancia teníamos que estar de los mayores.
Y para salvarles la vida
los niños no iban ni al cole.
Las familias separadas
y también los amores,
y a las ocho de la tarde
todo el mundo a los balcones.
- ¿Para aplaudir al Señor ?
- No. Para aplaudir a los sanitarios y policías .
- Y estos últimos ¿qué hacían ?
- Te sorprenderías.
Alegraban incluso a los vecinos el día,
parándose en las iglesias a la hora de la salida,
y con las ventanas bajadas
y el coche abierto,
ponían música de cofradías .
- ¡Tú me estás contando un cuento!
- Te juro que no, hija mía.
- ¡Qué tristeza abuela, Sevilla vacía! con lo bonita que son sus calles y su sol y su ambiente ...
- ¡Qué tristeza y qué impotencia!
Y los pétalos de azahar agolpándose en el suelo
sin que nadie los recogiera.
Y extendíamos los brazos
por la estrechez de las rejas
para rozar el naranjo y oler así el perfume de las flores bellas.
Por eso te digo mi niña,
¿si una ciudad esperó
dos temporadas enteras ,
acaso no vas a esperar tú
dos minutos más aquí a mi vera?
- ¿Abuela Leonor, por qué miras al cielo? ¿Por qué suspiras ?
- Recuerdos que me inundan,
de todo se sale en la vida.
- ¿Y ahora por qué te paras ?
¿A qué viene esa sonrisa?
-Nada cariño, y vámonos deprisa, que ya está San Roque
pasando por Caballerizas.
Leonor Bonilla .
(A la nieta que quizás nunca tenga)
Domingo de Ramos 2020.
No hay comentarios:
Publicar un comentario