Bajo el sauce llorón,
la pequeña trovadora,
componía sus versos.
Con sus ojos al sol,
y su pelo al viento.
En una mano la pluma.
En otra mano el papel.
En el alma la prosa.
En su mente el cincel.
¿Trovadora de letras?
¿Qué quieres componer?
¡Cantos de amor!
¡Cantos de paz!
¡Cantos de gloria!
¡Cantos a mi cantar!
Cantar a los cuatro vientos.
¡Que mi alma volará!
Siempre a través
de mis versos.
Y con mi dulce cantar.
(TOÑI)