de mi niñez.
Cuando salíamos a pasear
por la orilla de un arroyuelo.
Se podía oír el sonido de agua.
Y sentir en mi piel
los rayos de sol
que me llenaban de energía.
Pero lo que mas recuerdo
son las amapolas rojas,
unas flores maravillosas.
Su color rojo intenso
me llenaba los ojos
del amor por la naturaleza.
Unas flores muy frágiles
al tacto,pero muy fuertes
en su tallo.
Rojas como la pasión
de un corazón enamorado.
Me sentaba al lado
del arroyo mientras
escuchaba su sonido
y sentía el calor del sol
en mi piel,
contemplaba la belleza
de las amapolas,
mientras mi familia
lanzaba piedras al agua.
Esa belleza que
permanece
en mi memoria
siempre imperecedera.
Recordándome la
belleza de la tierra.
(TOÑI)
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