Una luz que le cegaba.
Pero que le llenaba de paz
al mismo tiempo.
Sabía que allí encontraría
lo que había perdido
en su andanzas por la vida.
Y que ya era hora de recuperar.
Cosas que le arrebato la vida,
cuando mas las necesitaba.
Pero que con su pasión y fuerza
fue superando.
Prometiéndose a el mismo
que llegado el momento
su camino sería el de la luz.
Para encontrarse con su amada.
Esa persona maravillosa
que se fue consumiendo
por una maldita enfermedad.
Y a la que no dejo de amar
ni después de la muerte.
Ahora por fin cruzaría
la puerta para reunirse
con ella y con su pequeña.
Las dos estarían cogidas
de la mano esperándole.
Y con una dulce sonrisa,
subió los peldaños de la larga escalera,
para encontrarse con su amores.
Para siempre jamás.
(TOÑI)
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